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Las personas normales cambian de postura en respuesta a la presión que sienten en las zonas de apoyo. Sin embargo las personas que no sienten esta presión o que no se mueven necesitan del cuidador para realizar estos cambios de postura. Esta situación genera un gran riesgo por falta de movilidad y favorece:

1. Alteraciones en la circulación que facilitan la aparición de trombosis venosas, tromboflebitis, y embolias pulmonares.
2. Mala ventilación pulmonar con retención de secreciones y predisposición a las infecciones respiratorias.
3. Pérdida de masa muscular, generando una atrofia y debilidad muscular.
4. Afectación del hueso con pérdida de masa ósea y el desarrollo precoz de una osteoporosis.
5. Rigidez articular con posibilidad de anquilosis de las articulaciones, generando perdida funcional y dolor importante.
6. Aparición de úlceras por presión que son lesiones en la piel que cursan con pérdida de sustancia cutánea y cuya profundidad puede variar desde una erosión superficial en la piel hasta una afectación más profunda, pudiendo llegar hasta el hueso.





FRECUENCIA DEL CAMBIO POSTURAL



 

Para pacientes que no se puedan mover sin ayuda:

•  En los pacientes tumbados, los cambios de posturas deben realizarse cada 2 horas durante las 24 horas del día, colocando al paciente en las tres posiciones de decúbito, siempre que no existan complicaciones.
•  En los pacientes que permanecen en sedestación durante largos períodos de tiempo estos cambios se realizarán incluso con una mayor frecuencia, cada 30 minutos, siempre que no exista contraindicación.


Para pacientes que se puedan mover por sí mismos o con ayuda:
•  Si el paciente permanece sentado, debe levantarse del sillón durante unos segundos aproximadamente cada hora.
•  Si puede moverse de forma autónoma, invitarlo a hacerlo cada 15 o 30 minutos. Si esto fuera imposible, debido a su estado, se pueden alternar inclinaciones laterales a la derecha y a la izquierda, con ayuda de cojines, para evitar resbalar.
En situaciones en las que no se pueden realizar cambios posturales, deben buscarse métodos que reduzcan la presión. Deben realizarse cambios de posturas pasivos, como mínimo cada dos horas, asegurando que la postura sea correcta.

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